En el momento de realizar construcciones con fines comerciales, es importante definir la forma en que se realizarán. Con este propósito, habitualmente se utiliza el proyecto de edificación, también denominado proyecto de obra. En vista de su importancia, a continuación veremos los pormenores de este tema. Empezaremos por explicar qué es un proyecto de edificación.
En qué consiste este tipo de proyectos.
Dicho en términos sencillos, el proyecto de edificación constituye todo el conjunto de documentos donde se recogen todas las características de la construcción que se realizará. Como su nombre lo indica, estas especificaciones deben ser redactadas antes que inicie la obra, puesto que estamos hablando de un proyecto.
Aunque los pormenores pueden variar de acuerdo al tipo de construcción que se planea realizar, el proyecto de edificación debe incluir algunos aspectos básicos. Entre otras cosas, debe mostrar la determinación de emplazamiento de la obra, la valoración detallada de la expropiación y los cálculos de la construcción, lo que incluye el coste de los materiales que se planean utilizar en el proyecto. Adicionalmente, es importante que contenga un apartado dedicado a las soluciones constructivas de la obra, además del pliego de condiciones que detalle específicamente aspectos como el tipo de materiales que se utilizarán y las características generales de la edificación.
Para qué sirve un proyecto de edificación.
Durante toda la obra, el proyecto de edificación es uno de los aspectos más importantes. Entre otras cosas, sirve para solicitar y obtener todas las licencias pertinentes. Sin embargo, en sí mismo el proyecto de edificación no es suficiente para realizar la obra.
Adicionalmente, la sección del proyecto de ejecución permite obtener el visado urbanístico y, como consecuencia, construir. Básicamente, en este apartado se encuentra todo lo relacionado con la cimentación de la construcción, incluyendo datos técnicos como profundidad, esquemas y estructuras.
Cabe destacar que varios especialistas intervienen en el proyecto de ejecución. Prácticamente inicia con el promotor, que es la figura jurídica que decide la realización de la constitución. Posteriormente, el técnico especialista se encarga de la confección del proyecto, prestando especial atención a la normativa vigente. Después, será el constructor el encargado de la ejecución de la obra, pues se llevará a la práctica lo expuesto en los documentos. Por último, el director de obra se encargará de dirigir el proyecto y certificar su ejecución. Como es lógico pensar, este último es un arquitecto, ingeniero o técnico especialista.
Para la correcta ejecución de la obra es necesario que se siga al pie de la letra lo estipulado en el proyecto de edificación. Por supuesto, esto requerirá que todos los actores se mantengan al margen de los datos técnicos y logísticos de la construcción. En cualquier caso, es importante revisar la normativa vigente con la finalidad de asegurar que cumpla con lo estipulado en materia legal. Por el momento, esta se encuentra especificada en el Real Decreto 2512/1977, de 17 de junio. Esto garantiza la importancia de contar con especialistas en la materia para la confección y ejecución del proyecto en general.